jueves, 16 de abril de 2009

Sorlys Poleo: "El amor debe ser el ingrediente principal al trabajar con discapacidad"

Sorlys Poleo, instructora de los cursos de Panadería y Pastelería del Centro de Formación Socialista Profesional para Personas con Discapacidad (CEFSPRODISC), lleva cuatro años en la institución y asegura que ha encontrado una extensión de su familia en las personas con discapacidad.



─¿Cómo llegó al centro?



─Llegué al centro en el año 2005, contratada por el Ministerio del Trabajo. Sin embargo, comencé a trabajar en el INCE en el año 2004, cuando dictaba el curso Vuelvan Caras. Aunque allí había persona con discapacidad, no era como aquí en Cefsprodisc. Hoy la discapacidad es un boom y por eso es que surgen instituciones como esta. El coordinador del INCE me envió a Cefsprodisc a sustituir a la profesora que se encargaba de estas áreas. En un inicio dicté el curso de Operarios de Servicios Hoteleros; luego me encargué de los cursos actuales. Aunque realmente soy “Todera”, hago de todo aquí en el centro. Además de Panadería y Pastelería, enseño repostería, refrigerios, masa flexible, etc.



─¿Cómo aprendió todo lo que sabe sobre repostería, panadería y los demás cursos que dicta?



─Hice una serie de cursos para ocupar mi tiempo, pues perdí a un hijo. Él tenía 17 años, era mi hijo mayor y lo mató un malandro. Yo no podía quedarme en casa deprimida y llorando. Por eso me metí en la Escuela Gastronómica de Otto Martínez. Luego comencé a trabajar en el INCE. También hice unos cursos en la Urbina y el INCE me capacitó para dictar los cursos de Operador Hotelero.



─¿Cómo fue esa experiencia?



─Espectacular. Les di 300 horas de panadería, 600 de pastelería, 150 de pasapalos internacionales. Además les enseñamos todo de galletería y cursos de cooperativa. A veces me quedaba más de las horas, para nivelar a los muchachos. Fue una experiencia muy bonita.



─¿Qué sintió al entrar al centro y tener contacto con personas con discapacidad?



─Cuando llegué fue una sorpresa este mundo. Hay muchachos sin piernas, con dificultades auditivas, motoras. Para mí fue un shock; fue bastante fuerte. Me sentía manos atadas, pues tenía que aprender todo un nuevo lenguaje. Pero nunca le dije que no a un reto. Poco a poco empecé a gestualizar, a interpretar. Me dije a mi misma que tenía que entrar en su mundo y buscar el modo de comunicarme. Los alumnos dejaron de ser “sordos” y a llamarse por su nombre propio. Comienzas a valorarlos, a conocerlos y a quererlos. Cuando me di cuenta ya era toda una experta. Incluso, muchas veces me llaman a mí para traducir a los alumnos. Luego otra experiencia fue cuando al curso siguiente me tocaron algunos ciegos. Allí tuve que aprender la Técnica del Guia Vidente; a explicar con palabras que obstáculos habían en al cocina para que no se tropezaran; a no cambiar las cosas de sitio para que las pudieran encontrar fácilmente; a utilizar la técnica del reloj, para que pudieran saber hacia donde debían desplazarse. Pronto me tocaron varios alumnos Down. Son experiencias maravillosas. Tuve una chica que ahora trabaja en el metro. Luego otra que era super inteligente, pero demasiado traviesa.



─¿Qué es el centro para usted?



─Cuando piso la puerta me doy cuenta que no tengo problemas. Aquí hay personas que vienen desde Santa Teresa. Tienen dificultades y hacen todo por salir adelante. Ponen mucho empeño por aprender y yo pongo mucho empeño en enseñarles y ser más que una guía. Me da alegría cuando las personas a las que tu enseñaste, consiguen un trabajo y tienen la capacidad de comprarse sus propias cosas. Son ejemplos de constancia y perseverancia. Poco a poco me convertí en la “mamá” de todos. Todos me piden la bendición. Muchos encuentran aquí un cariño que no encuentran en casa. Somos una familia. A veces les doy comida a los alumnos que no han comido; los aconsejo; los escucho; estoy en contacto con su familia.



─Si tuviera que definir al centro en una frase ¿Cuál sería?



─El Centro es una extensión de mi familia. Aunque tengo mi casa, mi familia, mi hija, aquí encuentro otra familia. Paso aquí todo el día. Los problemas de los alumnos, comienzan a convertirse en tus problemas. Intento ser amiga, ayudarlos y estar siempre a su lado.



─¿Cuánto tiempo tiene pensado permanecer en el centro?



─Hasta que Dios me lo permita. Fíjate que estuve 3 meses sin cobrar, trabajando gratuitamente. Simplemente tenía ganas de participar, de ser parte de esta experiencia. Trabajar en algo que quiero y que me gusta. El amor debe ser el ingrediente principal al trabajar con discapacidad.